Blog para facilitar el acceso de los alumnos de 5º y 6º de Educación Primaria a los contenidos curriculares propios de su ciclo a través de las Nuevas Tecnologías de la Comunicación (TIC,s)



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miércoles, 16 de enero de 2013

AWALÉ



El awalé es un juego ancestral de origen africano, hay fuentes que  dicen que es el primer juego de mesa de la historia, otras hablan del Go, lo que no se puede discutir es que es un juego milenario. En África encontramos cientos de variantes y en general a todos los juegos del mismo estilo se les llama Mancala, por lo que a veces es conocido por ese nombre.

En el awalé y en la mayoría de Mancala, las reglas para empezar a jugar son muy sencillas y se pueden aprender en 5 minutos. Pasados esos 5 minutos, empieza la diversión. Esta simplicidad en las reglas lo hace apto para todas las edades (los niños pueden empezar a introducirse a partir de los 5 o 6 años).
En este juego los niños tienen que contar, discernir que estrategia utilizar y pensar en global, ya que además de pensar en ganar tienes que estar atento a que tu contricante “no pierda”, te explico un poco más esto.
La filosofía en que se basa el awalé es la siguiente:
·         Las tiradas se desarrollan en 2 fases: sembrar y cosechar
·         Se juega sobre un tablero con doce de agujeros, 6 por cada jugador. Los agujeros es donde se siembra y donde se cosecha.
·         Las fichas del awalé (normalmente semillas) son indiferenciadas, todas iguales. Y no pertenecen a ningún jugador. Se aplica el dicho “Las semillas son de quien las necesita. Quién mejor siembra, mejor cosechará”.
·         En el awalé hay 2 normas sagradas:
1.    “no se puede eliminar al adversario”. Se entiende que cuando se destruye al adversario, también se destruye la tierra que él cultiva. Quien lo hiciera por error, perdería la partida. Se aplica el dicho “Quien destruye la tierra donde cosecha, no podrá cosechar nunca más”.
2.    “no se puede dejar pasar hambre al adversario”. Esto significa que si nuestro rival se queda sin semillas, debemos ceder de las nuestras para que pueda seguir jugando.
·         A pesar de la simplicidad, hay que tener presente que es un juego de matices. En cada nueva partida se descubren nuevas jugadas. Nunca se puede decir que ya no se puede saber más.